viernes, 19 de septiembre de 2008

Atlas de esclerosis múltiple

Un nuevo atlas global sobre la propagación de la esclerosis múltiple (EM) revela que mucha más gente de la que se pensaba podría estar sufriendo la debilitante enfermedad neurológica.

Actualmente se calcula que hay 1,3 millones de personas con EM en el mundo y se piensa que la mayoría viven en países desarrollados.

Pero la nueva investigación, llevada a cabo por la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple (FIEM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), muestra que hay varios mitos en torno a la enfermedad.

La EM es una enfermedad neurológica degenerativa del sistema nervioso central.

Por lo general surge en jóvenes adultos, entre los 25 y 31 años y puede conducir a severa discapacidad.

Los síntomas incluyen dolor corporal, pérdida de equilibrio, espasmo muscular, parálisis y fatiga general.

Señales cerebrales

La enfermedad ocurre cuando la mielina (la sustancia que protege a los nervios) en el cerebro y la médula espinal es atacada y destruida por los glóbulos blancos.

Esto disminuye o bloquea las señales eléctricas que deben enviar los nervios para informar al cuerpo que debe realizar movimientos.

Así, cuando el cerebro le ordena al ojo parpadear, por ejemplo, el mensaje no es claro o no le llega al ojo y éste no realiza el movimiento.

Todavía no se sabe qué causa el trastorno o porqué las mujeres tienen dos veces más probabilidades de desarrollarlo que los hombres.

Tampoco se sabe porqué es más común en los países fríos que en los cálidos.

Pero hasta ahora se ha pensado que es una enfermedad de los países desarrollados.

Tal como le dijo a la BBC Peer Baneke, director ejecutivo del FIEM, que compiló el atlas global de EM, éste es uno de los mitos que rodean al trastorno.

"Encontramos que aunque muchos casos ocurren en el mundo desarrollado, todos los países que participaron en la investigación, ricos y pobres, tienen esclerosis múltiple", señala.

"Pero algunos países no tienen registros del número real de enfermos, por lo que creemos que el número puede ser mucho más alto".

"También, como ya se sabía, hay dos veces más mujeres que hombres que sufren el trastorno".
"Y ahora confirmamos que la mayoría de los gobiernos dedican muy pocos recursos para mejorar la calidad de vida de los enfermos", agrega.

Difícil diagnóstico

Según el experto, el diagnóstico de la esclerosis múltiple es muy difícil, porque se necesitan neurólogos con el conocimiento necesario para distinguirla de otras enfermedades.

También, agrega, es necesario tener equipo especializado a los que los sistemas de salud más pobres no tienen acceso.

Por ejemplo, los escáneres de imágenes de resonancia magnética (MRI) son muy escasos en el mundo en desarrollo.

"Es por eso que creemos que debe haber mucha más gente en el mundo que padece la enfermedad -dice Peer Baneke- y simplemente no lo sabe".

La investigación no encontró nueva información sobre lo que causa la enfermedad, pero lo que los científicos saben hasta ahora es que es un trastorno tanto ambiental, como genético.

"Necesitamos muchas más investigaciones y más dinero para saber las causas de la EM", dice el funcionario.

"Pero este estudio demuestra que es necesaria mucha más concientización en el mundo sobre la enfermedad".

Trastorno escondido

Los investigadores encontraron que mucha gente no sabe lo que es la enfermedad, y en muchos países se vio que los enfermos sufren estigma y discriminación.

Es necesario crear campañas para educar a la gente sobre la enfermedad", dice Peer Baneke.

En muchos países la familia del enfermo no reconoce la enfermedad y en lugar de buscar ayuda, esconden al paciente.

También algunos piensan que es un trastorno contagioso, similar al SIDA.

"La gente y los gobiernos deben saber, por ejemplo, que ésta es una enfermedad con la que se puede seguir trabajando, si los empleadores son flexibles".

"Y que es una enfermedad con la que se puede tener una buena calidad de vida si se diagnostica a tiempo y adecuadamente".

"Incluso es posible detectar los primeros signos de la enfermedad en los niños, pero es necesario que los neurólogos pediátricos puedan reconocer este trastorno".